jueves, 24 de marzo de 2011

Celebración del día del padre

Como todos sabemos el 19 de marzo se celebra el día del padre y decidimos celebrarlo fuera de Madrid.

Mi  primera idea fue TOLEDO, ciudad maravillosa como todos sabéis. Me encanta, no puedo remediarlo, no me canso de visitarla y por ello, le quería hacer un regalo especial a mi padre; haciendo yo de guía turístico, ¿qué os parece que pasó? se me chafó la idea. Según mi madre había que ir hacía el norte, pues así ya aprovechábamos el fin de semana para pasar por mi pueblo. Se barajaron muchas posibilidades, que si Guadalajara, o sus pueblos negros, o el Embalse del vado y así ya pasábamos a visitar un pueblo que están rehabilitando  La Vereda o Valverde de los Arroyos.

Por fin se decidió que iríamos a COVARRUBIAS (Burgos) un pueblo medieval precioso, que forma el triangulo de Arlanza junto con Lerma y Santo Domingo de Silos.

Este pueblo fue declarado conjunto Histórico-Artístico Nacional en 1995.
Lo primero que vimos es que se trataba de un pueblo muy pequeño, situado en un valle, por el cual pasaba un río; debido a la gran cantidad de agua que llevaba  pensamos que era el Duero, pero era el río Arlanza ¡qué maravillosas vistas!
Ya en el pueblo, y como es habitual, lo primero, visita obligada a la oficina de turismo y de allí a empezar la visita.

Todo el pueblo es precioso, tiene rincones de gran belleza, sus casas de adobe y el entramado de madera, con soportales y balconadas muy parecidas a las de La Alberca (Salamanca).


Muy bonito el rosetón de la fachada de  La Colegiata de San Cosme y San Damián, Gótico, del siglo XV, el retablo principal barroco, el órgano del siglo XVII donde pudimos oírlo ya que terminaba de celebrarse la misa y estuvo tocando hasta que empezó la visita guiada. En el presbítero se encuentran los panteones del Conde Fernán González y su esposa Sancha. Anteriormente en esta colegiata había existido una iglesia románica por lo que aun había restos del románico, entre ellas la pila bautismal, y posteriormente pudimos ver restos del románico en el claustro y museo.

Cosas curiosas que nos explicó el guía es que se sigue llamando  Colegiata, cuando no es así, es una excolegiata ya que no hay colegio de curas, y como tal solo quedan dos colegiatas en toda España.
La visita al museo nos costó 1.50 € por persona pero mereció la pena.
En el Claustro de la colegiata pudimos ver el sepulcro de la infanta Cristina de Noruega, enterrada en el año 1262, casada con el Infante Don Felipe hermano de Alfonso X el sabio.


En el museo pudimos contemplar una gran cantidad de piezas de arte, capiteles románicos, ropas litúrgicas, pero lo que más me impresionó fue un tríptico de la Adoración de los Magos.



Como ya he dicho anteriormente es un pueblo pequeño por lo que se puede recorrer perfectamente todos los lugares interesantes.

Tengo que destacar también el Torreón de Fernán González o la casa de  Doña Urraca, hoy convertida en museo; el Archivo del Adelantamiento de Castilla; los cruceros góticos o las murallas junto al río Arlanza.

Y después de todo esto a degustar la comida de la zona. De entrada morcilla que  muy buena, y después pasamos al cordero con ensalada.

Por cierto, una de las cosas que nos enteramos es que los de Covarrubias no les gustan que les llamen Covarrubianos, ellos dicen que son ráchelos.




Sin duda puedo recomendar la visita a COVARRUBIAS esta maravillosa villa es para pasearla, perdiéndonos en sus calles para poder saborear su Historia, Arte y Leyenda.
  
Después nos fuimos a LERMA, ciudad preciosa, no nos dio tiempo a hacer la visita guiada por lo que nos queda pendiente otro viaje, que me imagino que será pronto.

Estuvimos en la plaza mayor, visitamos el Palacio Ducal es decir el Parador. Nos tomamos un café en su patio central muy cómodo, lleno de sofás y sillones. Como detalle curioso: en las mesas había una especie de cenicero con un pulsador y era para llamar a los camareros. Todo el patio estaba rodeado de galerías con arcos (me acabo de acordar de otro parador muy parecido en su interior es el de Guadalupe en Cáceres).
Allí descansamos y le dimos el regalo a mi padre.


Anteriormente a todo esto estuvimos en el convento de Santa Clara  a comprar unos dulces típicos de Lerma, y cual fue nuestra sorpresa cuando tuvimos que tocar un timbre al lado de una ventana rotatoria, en ningún momento vimos a la monja, se le hizo el pedido de lo que queríamos, nos colocó el producto en la ventana, la hizo rotar y nosotros hicimos lo mismo con el dinero, por su voz parecía una persona joven.
   

El día había dado para mucho, ya habíamos descansado y era hora de regresar, por lo que nos volvimos a nuestro pueblo Barahona de Fresno en Segovia.