Salimos con un sol espléndido de Madrid, según íbamos divisando las sierras madrileñas, preciosas recubiertas de nieve. Nosotros por la carretera veíamos como estaba todo nevado, ¡qué bonita estaba la cascada del río Duratón, con toda su chorrera helada!
Después de dejar la autovía, el coche tenía que ir despacio pues por las carreteras comarcales no pasan las quitanieves y te encuentras con las placas de hielo. Pero bueno despacito, despacito, llegamos al pueblo.
El paisaje era maravilloso, nieve y ese sol radiante que hacía daño a los ojos al mirar, no hacía frío. Nuestro jardín estaba espléndido, mi hermana y yo salimos como locas del coche y nuestra primera reacción fue tirarnos al suelo y hacer el ángel, nos empezamos a tirar bolas de nieve, pasamos un momento muy bueno, aunque puedo decir que nos quedamos totalmente mojadas. Luego al lado de esa lumbre maravillosa que habían hecho mis padres, con esas llamas dotadas de vida, al lado de la chimenea nos pudimos secar.
Dimos un paseo por las calles del pueblo e ibamos observando cómo estaban los tejados de las casas, todos nevados, parecían postales de navidad. Podíamos percibir ese olor a humo, pues de sus chimeneas salían esas espirales grisáceas que se perdían en el cielo azul.
Poco duró el sol, después de comer se puso nublado, se levantó aire y hacía un frío tremendo dimos un paseito y volvimos a casa, nos pusimos un chocolate bien calientito y todos al lado de la chimenea que es lo que más nos gusta en estas fechas, observar las llamas de la lumbre y ver una de esa películas que hay en la tele, que nos reflejan la alegría navideña, y también con aquellas tristes, con las que mi hermana y mi madre siempre terminan llorando...
La verdad que este fin de semana me lo estoy tomando un poco sabático, descansando y disfrutando de estas pequeñas vacaciones.
Nuestros planes para este puente era visitar Lerma, Covarrubias y Santo Domingo de Silos, en la provincia de Burgos, decidimos dejarlo para otro fin de semana, pues el domingo amaneció con mucha lluvia y el lunes un viento que parecía que nos iba a llevar la casa.
El martes por la noche volvimos a Madrid, que por cierto cuando pasamos el puerto hacía Madrid, que horror, llovía muchísimo y había mucha niebla, casi no se veía al coche que iba adelante; fue un viaje horrible, pero bueno llegamos a casa sanos y salvos.
El miércoles habíamos planeado ir a ver la exposición en la Casa de Campo “TUTANKAMÓN” . Llegamos sobre las 12 de la mañana ¡qué horror! la cola tan larga que había, no llevamos entradas y cuál fue nuestra sorpresa que, al llegar al parking nos dicen que no hay entradas para ese día. Decidimos irnos y volver otro día con entradas reservadas.
No puedo decir que el puente haya sido malo, sino que todos los planes que hacíamos se truncaban, pero bueno que todo lo malo sea así, y ahora a esperar las vacaciones de navidad.